Testimonio Hermana Elisa

Me llamo Elisa Maribel y tengo 29 años de edad. En mi casa somos siete hermanos: 3 hermanas y 4 hermanos. Yo soy la cuarta y la primera mujer de la familia de nacionalidad hondureña de la congregación de Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado. Con alegría  e ilusión quiero compartir en breve mi experiencia vocacional.

Hace 11 años experimente la llamada del Señor  siendo una joven de 17 años  de edad.

Elisa Maribel

¿CÓMO?

Un día Conocí a las hermanas Karla, paulina y hna Yolanda en mi pequeña aldea de Buenos Aires San Antonio Cortes. Me encantaba su cercanía y su trato para con las personas y con mi familia, era muy significativo que comieran de lo que nosotros comíamos; se sentaban a comer frijolitos, tortilla tostada… ¡y yo me quedaba maravillada cada vez que llegaban a mi casa! Con la gente de mi aldea eran muy alegres y reflejaban la cercanía de Dios. Un día me dije: «yo quiero ser como ellas» y a partir de ahí se encendió mi fuego interior, es algo que sentía inexplicable. Experimentaba ansiedad  todas las noches le pedía al Señor que me iluminara para poder dar una respuesta con libertad y decisión. Porque desde que las conocí no estaba tranquila.

Después de aquella ansiedad le pregunte a una de las hermanas que se hacía para ser como ellas y me invitaron a ir conociéndolas poco a poco. Me iba con ellas a la misión y fines de semana a estar en la comunidad y cada día me sentía más feliz interiormente. 

Se realizó una semana misionera en mi pueblo de san Antonio, iban misioneras a nuestra aldea y allí conocí más a hna. Karla que fue una de mi inspiración vocacional y de mi llamada de Dios y allí fue donde yo empecé a conocer más de lleno la congregación me sentía feliz buscando y un fuego en mi interior que no me dejaba quieta.

Cada vez que veía a las hermanas me sentía muy bien y enamorada del trabajo y la misión que hacían en cada aldea.

Después de un año de conocerlas más de cerca, las hermanas me invitaron a un encuentro vocacional a Guatemala 13.14.15 de diciembre de 2,004 y más contenta que nunca acepté y mis papas me dieron permiso y fui. Fue una experiencia tan significativa que allí tome la decisión de ingresar en la congregación. No había palabra para negar mi respuesta al Señor, fue encontrar las respuestas a mis temores, miedos y arriesgarme. Al escuchar hablar de nuestro carisma sentí que conectó con mi vida y dije «¿Señor me estas llamando?» ¡Pues aquí estoy! 

Cuando llegue a mi casa de regreso yo tenía miedo por cómo decirles a mis padres que ya llevaba la respuesta. Le pedí al Señor que me iluminara, me costó lagrimas porque yo era muy apegada a mi papá y me imaginaba dejándolo y su sufrimiento, pero me atreví y me apoyaron. Ellos me decían siempre que si yo era feliz con esto ellos también, sólo a mi madre le costaba un poco porque yo era la más grande de mis hermanas pero ella me decía «si te veo feliz no me queda otra que aceptar yo seré feliz».

El 20 de enero del año 2005 ingrese a la congregación llegando a la comunidad del aspirantado.

En San Pedro Sacatepéquez (Guatemala), inicié mis estudios, normalmente en nuestras aldeas las jóvenes no estudian por los bajos recursos económicos pero mis papas con sus luchas me dieron lo básico y en Guatemala las hermanas me apoyaron para terminar mi carrera de maestra de educación primaria. Después de culminar mis estudios decidí ingresar a la etapa del postulando en el año 2009 en el año 2011 al noviciado.

En el año 2013 fueron mis primeros votos muy feliz y contenta dije sí al Señor. Fueron celebrados en mi parroquia,fue una fiesta para mi pueblo ya que era la primera vocación de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado.

Hasta hoy después de 11 años, he tenido momentos de alegrías, de gozo y felicidad pero también de fragilidades donde sólo el Señor va dando sentido a lo que realizas. Estoy convencida de que esta es mi vida, me vivo feliz respondiendo a los desafíos del mundo de hoy en esta realidad concreta que vivimos. Si volviera a nacer volviera a cometer la misma locura por Jesús siendo hermana de Cristo Crucificado.