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LA FAMILIA CC
Partícipes de carisma, espiritualidad y misión...
Esta exigencia no solo debe centrarse en compartir responsabilidades y ayudas en obras concretas sino en hacerles partícipes de la vida y la riqueza del carisma, espiritualidad y misión de nuestra Congregación. Esto supondrá una adecuada formación conjunta de religiosas y laicos para una recíproca y enriquecedora implicación en este nuevo proyecto, que debe hacerse con lucidez y audacia.
Fieles a las fuentes...
Compartir el Carisma consiste en ser fieles a las fuentes, al espíritu de Nuestras fundadoras, Amalia y María, que es un don para la Iglesia y que no está reservado sólo para nosotras. A los laicos y las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado nos une el mismo carisma fundacional, que hemos de mantener vivo con el testimonio y coherencia de vida, según la vocación específica a la que cada uno hemos sido llamado.
Comunidad de vida
Así es como formamos la familia carismática de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, donde laicos y religiosas trabajemos juntos desde los carismas personales para llegar a tener una comunidad de vida, donde compartir la fe y la vida, permitiendo un enriquecimiento mutuo.