Hemos estado viviendo ya cuatro semanas de confinamientos en muchas de nuestras comunidades.
La pandemia se va generalizando y la vida transcurre de modo distinto… eso mismo nos ha llevado a acompañar al Señor en estos días de un modo especial, porque más que nunca nos sentimos necesitadas de Él. Un triduo profundo que termina con la Resurrección y tras el cual solo podemos decir, gracias.