La humildad es andar en verdad. A medida que crezcamos en la verdad, marcharemos más en la humildad.
Dios, además de ser mi Creador, es mi Padre, Dios nos ha revelado que nos ama y nos ha hecho hijos suyos.
Si permanecemos en el conocimiento de esta verdad, nos veríamos realmente comprometidos a ser humildes. Esta verdad de que Dios es mi Padre, nos obliga a vivir como hijos de Él y reconociendo que somos como hijos pequeños que necesitan de su Padre para todo. Que Dios sea nuestro Padre nos compromete a mayor humildad ya que dependemos en todo de Él.
Una entrega amorosa y confiada en la voluntad de nuestro Padre Dios, Señor y Padre mío, yo no comprendo, pero sí que para mí, ha sido y es lo mejor, gracias Señor, no haré yo nada por cambiar las cosas.
Tú Señor y Padre mío haz lo que quieras, una vez más te digo: Señor dame lo que quieras, ponme donde quieras, hazme como quieras, con tal que te ame.
Dios ha querido unir a todos los hombres en Él por Cristo. Estamos tan unidos con Él que nos ha incorporado a su redención, y por eso tenemos que sufrir. ). Es una misma historia la de Cristo y la mía, debemos pues desear estar al lado de Cristo para sufrir con Cto. por nuestra salvación y la de todas las almas.
La humildad es algo interior, pero que ha de traducirse al exterior.
De un espíritu convencido de su incorporación a Cristo, de ahí tiene que brotar el deseo llevado a la obra de padecer por Cristo, de amar como Cristo, de entregarnos a las almas para llevarlas a Cristo.
Esto en general, cómo nos obliga a nosotras que hemos tenido el nombre de Hnas de ese Cto. Cdo.
Es una obligación mía dar, dar mi comodidad, mi gusto.
Saber vivir bajo la mirada de Dios aunque sea en una presencia oscura porque es de noche. Yo tengo que hacer que a través de mi, vean los hombres a Dios – Dios me ama trabajando, yo tengo que amarle en medio y por medio del trabajo.
Finalmente una de las maneras de amar a Dios en medio de las cosas pequeñas, Dios se deja reflejar en las criaturas, ver a Dios a través de ellas, pero pasando por encima de ellas para que mi amor vuele a Él.
Así, en medio de las penas y de las alegrías, yo iré encontrando a Dios en mi marcha por la vida.
Escritos Madre Amalia Martín de la Escalera
Sin fecha, hojas sueltas
Archivo Casa Madre “Villa Pilar”