Reflexión sobre la muerte

1º No esperemos el momento de la muerte para desengañarnos de los engaños de esta vida, pensemos a menudo en la muerte como en una buena amiga, que vendrá para tomarnos en sus brazos y conducirnos hasta la verdadera, eterna y feliz vida.

2º El mundo – Por qué damos tanta importancia a ese papel que nos ha tocado representar en la farsa comedia de el mundo? Una vez que Dios deje caer el telón de la muerte, qué nos importará haber representado el papel de rey o de pordiosero? Dichoso aquel que a la hora de la muerte, tiene sus manos vacías de los bienes y honores de la tierra, que supo despreciar mientras vivía.

3º El tiempo – El tiempo de nuestro vivir en el mundo es breve. La eternidad es tan larga que no tiene fin. La muerte no es más que un paso o mejor, un salto de la vida temporal que ha llegado a su fin, a la vida que empieza y durará eternamente.
No esperemos hasta el último momento para ese último viaje, el viaje hacia la eternidad, vivamos como quisiéramos haber vivido a la hora de la muerte y mientras vivimos, pongamos en práctica el consejo o advertencia de Cristo, “velad pues, porque no sabéis cuando llegará vuestro Señor” (M. 24 – 42) “Velad pues no sabéis el día ni la hora” (M. 25 – 13).

Ejercicios Espirituales sin fecha, Madre Amalia Martín de la Escalera.
Archivo General Casa Madre “Villa Pilar” – Libreta 3R