¡Qué alegría! saber que estás de mi parte, haga lo que haga…
¡Qué alegría! sentir que me aceptas como soy, y que no necesitas que me justifique…
¡Qué alegría comprobar tu fidelidad inagotable, inamovible como la Roca.
¡Qué alegría! poder decirte «Te quiero», y Tú creértelo a pesar de todo…
¡Qué alegría hacer contigo de la vida una historia de amor…
Qué alegría descubrir que otros te aman y que Tú les amas,
y saber que sus amores, como el mío, los necesitas…
¡Qué alegría poder regalarte algo de todo lo que tú me has dado antes!
¡Qué alegría! tenerlo todo en Ti, no teniendo yo nada.
¡Qué alegría me da Señor, que me quieras tanto!
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