ADVIENTO 2022

ADVIENTO
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡Ven del todo! ¡Ven ya!

«Ten cuidado de que tu corazón no quede insensible …» (Lc 21,34)
Os recuerdo y me recuerdo con alegría que vamos a comenzar Adviento.
Alcemos la vista, restreguemos nuestros ojos, oteemos el horizonte.Vamos a darnos
cuenta del momento. Por eso, hay que enfocar nuestra mirada, afinar la sensibilidad
para detectar las huellas de la misericordia fecunda de Dios en nuestro mundo y en
nuestro propio corazón.

Agudicemos el oído, vamos a comenzar el Adviento, y una vez más renace la esperanza
en el horizonte.
Al fondo, clareando ya, una gestación llena de vida.
La alegría sabemos que procede del encuentro personal con Jesús, de ese dejarse
encontrar, dejar que llegue a la propia vida y la renueve, el Adviento es un tiempo
privilegiado para abrirnos a esa experiencia y a esa alegría.

Estemos alerta y escuchemos.
Lleno de esperanza grita Isaías: «¡Ven! Caminemos a la luz del Señor». Sí, caminemos
a la luz del Señor, no de luces fugaces que encandilan pero que nos llevan a la
frustración y al vacío.
Con esperanza, alegremonos, saltemos de júbilo. Despertemos a la Vida. Vivamos la
alegría de un Dios que se acerca, un Dios cuya dinámica es estar cada vez más cerca,
acercándose siempre, siempre y” más”.
Como María, hemos de dejarnos encontrar, dejarle que se acerque, consentir a su
abrazo. Hacernos hueco, vivir la pasividad del dejarse hacer, dejarse amar, dejarse
encontrar, dejarse envolver, dejarse conducir, confiarse, abandonarse.
Pidamos a María que, como Ella, podamos decir desde el corazón: ¡Aquí estoy!
¡Hágase!
Un abrazo y feliz Adviento.

Hna. Concepción del Toro López
Superiora General